archivo

Archivo de la etiqueta: Lonely Planet

Fue un domingo de hace diez añosaproximadamente. Tenía 23 años y en ese momento estaba cenando una sopa de sobre de ave con fideos cuando descubrí lo que quería hacer en esta vida.

Ahí estaba él, en Noruega creo recordar. Fue verle y saber que quería hacer lo mismo. Como cuando un niño ve a Leo Messi y sabe que de mayor quiere ser futbolista o como cuando un adolescente ve a Nacho Vidal y sabe que de mayor quiere ser actor. Algo parecido me pasó a mí; quería ser Ian Wright.

Ian Wright era el presentador estrella de la serie de documentales de viajes Lonely Planet. Era un chico joven como yo, simpático como yo, tirando a feo como yo, y que viajaba por el mundo con un equipo del filmación detrás. Ahí, en este pequeño matiz estaba la diferencia. Pero no iba a permitir que un pequeño detalle me impidiera ser lo que más deseaba en la vida: presentador de documentales de viajes.

Lo primero que hice fue mandar un e.mail a Pilot Productions, la productora británica responsable de la serie. Les comenté que estaba muy interesado en ser presentador de sus documentales, que para ser español no hablaba tan mal inglés y que podía ser muy útil en episodios de América Latina donde además conocía gente. Les deje muy claro que si estaban interesados en hacerme una prueba de cámara para conocerme, no tenía ningún problema en desplazarme a su sede en Londres. Además me permití el gesto de mandarles un dossier con diversos lugares de España para que hicieran un documental. Por supuesto, me ofrecí encantado a organizar el rodaje y a acompañar al equipo de filmación y a Ian Wright cuando vinieran a mi país. Aún estoy esperando la respuesta a este correo.

No me vine abajo ante este contratiempo que entraba dentro de lo previsible; tenía un plan B. Si Lonely Planet no me quiere… ¡haría mi propia serie!.

Estuve trabajando durante varias semanas en un proyecto de documentales por América Latina. Gracias a mi trabajo en Cooperación Internacional, tenía muchos amigos en ese continente con los que podía contar. Herido por el desaire de Lonely Planet y convencido de mis capacidades para liderar un proyecto de esta envergadura, me propuse hacer una demostración de fuerza.

Contacté con el cronista latinoamericano Eduardo Galeano para que tutorizara el contendido de la serie y con la Fundación Rigoberta Menchú para que la premio Nobel nos concediera una entrevista en el primer episodio. Finalmente mandé a todas las productoras y televisiones de España un proyecto completo para realizar una serie de 13 episodios en América Latina.

Pasaron tres días cuando la Fundación Rigoberta Menchú me contestó pidiendo concretar las fechas para intentar cuadrar su agenda. Ocho días después Eduardo Galeano me mandó un fax manuscrito agradeciéndome el ofrecimiento, disculpándose por no tener tiempo para aceptarlo y deseándome suerte. Ninguna productora ni televisión se interesó por el proyecto.

Esta vez, sí me vine abajo. Desterré de mi mente la idea de ser presentador de documentales y me pasé años disfrutando y rabiando viendo al maldito Ian Wright viajando por el mundo. Lo que entonces no sabía era que, cuando parecía que mi  sueño no se iba a cumplir, diez años después, volvería a intentarlo.

Image